Cursos para niños especiales.
El Instituto Cervantes de Belo Horizonte ofrece cursos de español para niños. Divididos en 3 grupos por edades, de 4 a 6 años, de 7 a 10 años y de 11 a 13 años, estos cursos cuentan con un profesorado especializado que utiliza técnicas específicas y materiales concebidos para la enseñanza del español para niños.
Fomentar el aprendizaje de una segunda lengua en los primeros años de vida favorece el desarrollo en de la competencia lingüística en la lengua materna y ayuda al desarrollo cognitivo, social y motor de los más pequeños, además de brindarle al niño la oportunidad de conocer otra cultura.
Nuestra metodología de enseñanza se basa en los principios del Marco Común Europeo de Referencia (MCER) para la enseñanza y aprendizaje de las lenguas. Los objetivos del curso se desarrollar la competencia lingüística y la interacción oral y escrita a través de actividades lúdicas y significativas desde el punto de vista del uso de las lenguas con muestras de lenguas auténticas adaptadas al nivel y edad de los más pequeños.
Un ejemplo de material creado especialmente para los más pequeños es “Mi mundo en palabras”, un material interactivo dirigido a niños de 7 a 9 años. Es un material de apoyo para los profesores de primaria diseñado por el Instituto Cervantes. Una herramienta práctica, lúdica y atractiva.
Materiales didácticos
Para niños de 4 a 6 años.
El niño tendrá que llevar a clase material escolar: un cuaderno con hojas en blanco, lápices de colores y láminas recortadas de acuerdo con el tema, etc. Se trabajarán actividades lúdicas variables divididas en temáticas en las que se presentan imágenes, fotografías, postales, carteles, dibujos u objetos reales relativos al área para motivar el aprendizaje por medio de imágenes sugerentes. Para la comprensión auditiva se emplearán músicas infantiles y cuentos para desarrollar la expresión oral y auditiva. Para la expresión escrita se utilizarán palabras con líneas de puntos.
Español para niños de 7 a 10 años.
Manual: “Pasacalle” Editorial SGEL.
Español para niños de 11 a 13 años.
Manual: ¡Es tu ritmo! Editorial Espasa.
LA EDUCACIÓN DE LAS PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN

Una buena educación es un bien inapreciable que produce beneficios personales durante toda la vida. Esto no es menos cierto para las personas con síndrome de Down, si bien para ellas y para sus padres tener acceso a programas que les garanticen las oportunidades de un aprendizaje apropiado de forma continuada supone vencer una serie de retos que se van a prolongar a lo largo del período escolar.
Los datos actuales permiten afirmar que la mayoría de las personas con SD funcionan con un retraso mental de grado ligero o moderado, a diferencia de las viejas descripciones en las que afirmaba que el retraso era en grado severo. Este cambio se debe tanto a los programas específicos que actualmente se aplican, como son la estimulación y la intervención temprana, como a la apertura y enriquecimiento ambiental que, en conjunto y de manera inespecífica está actuando sobre los niños de la población general, incluido el que tiene síndrome de Down.
Lo que resulta más esperanzador es comprobar que cuando la buena acción educativa persiste, no tiene por qué producirse un deterioro o regresión al pasar de la infancia al niño mayor y al adolescente. Si se tiene en cuenta y se comprende el valor del llamado coeficiente intelectual se comprende que vaya disminuyendo conforme crecen las personas con SD, a partir de los 10 años. Pero la utilización de la edad mental ayuda a entender mejor el paulatino enriquecimiento intelectual de estos alumnos, puesto que la edad mental sigue creciendo aunque a un ritmo más lento que la edad cronológica.
Existe un conjunto de características que son comunes con otras formas de deficiencia mental:
• El aprendizaje es más lento.
• Es necesario enseñarles muchas cosas que los niños que no tienen SD aprenden por sí solos.
• Es necesario ir paso a paso en el proceso de aprendizaje teniendo en cuenta las características propias de las personas con SD (véase Troncoso y col. ,1999: El Desarrollo de las personas con síndrome de Down: un análisis longitudinal).
• No cabe adoptar una actitud pasiva, sino que el buen educador trata de compensar, estimular, activar o buscar alternativas que compensen mejoren las dificultades intrínsecas.
A modo de ejemplo y sin ánimo de agotar las posibilidades, se ofrecen a continuación unas pautas de intervención (adaptadas de Espinosa de Gutiérrez) que sirven de solución a los correspondientes problemas. Aunque se refieren a alumnos con deficiencia mental, en general, son eficaces para los alumnos con SD en particular.
características del niño con síndrome de Down
PROBLEMAS | SOLUCIONES | ||
1. Su aprendizaje se realiza a ritmo lento. 2. Se fatiga rápidamente, su atención no semantiene por un tiempo prolongado. 3. Su interés por la actividad a veces estáausente o se sostiene por poco tiempo. 4. Muchas veces no puede realizar la actividadsolo. 5. La curiosidad por conocer y explorar lo que lerodea está limitada. 6. Le cuesta trabajo recordar lo que ha hecho yconocido. 7. No se organiza para aprender de losacontecimientos de la vida diaria. 8. Es lento en responder a las órdenes que ledamos. 9. No se le ocurre inventar o buscar situacionesnuevas. 10. Tiene dificultad en solucionar problemasnuevos, aunque éstos sean parecidos a otrosvividos anteriormente. 11. Puede aprender mejor cuando ha obtenidoéxito en las actividades anteriores. 12. Cuando conoce de inmediato los resultadospositivos de su actividad, se interesa más enseguir colaborando. 13. Cuando participa activamente en la tarea, laaprende mejor y la olvida menos. 14. Cuando se le pide que realice muchas tareasen corto tiempo, se confunde y rechaza lasituación.
| 1. Debemos brindarle mayor número de experiencias y muy variadas, para que aprenda lo que le enseñamos. 2. Inicialmente debemos trabajar con él durante periodos cortos y prolongarlos poco a poco. 3. Debemos motivarlo con alegría y con objetos llamativos y variados para que se interese en la actividad. 4. Debemos ayudarle y guiarle a realizar la actividad, hasta que la pueda hacer solo. 5. Debemos despertar en él interés por los objetos y personas que le rodean, acercándonos y mostrándole las cosas agradables y llamativas. 6. Debemos repetir muchas veces las tareas ya realizadas, para que recuerde cómo se hacen y para qué sirven. 7. Debemos ayudarle siempre a aprovechar todos los hechos que ocurren a su alrededor y su utilidad, relacionando los conceptos con lo aprendido en " clase" . 8. Debemos esperar con paciencia, ayudarle estimulándole al mismo tiempo a dar una respuesta cada vez más rápida. 9. Debemos conducirle a explorar situaciones nuevas, a tener iniciativas. 10. Debemos trabajar permanentemente dándole oportunidades de resolver situaciones de la vida diaria, no anticipándonos, ni respondiendo en su lugar. 11. Debemos conocer en qué orden se le debe enseñar, ofrecerle muchas oportunidades de éxito, secuenciar bien las dificultades. 12. Debemos decirle siempre lo mucho que se ha esforzado o que ha trabajado yanimarle por el éxito que ha logrado. Así se obtiene mayor interés y tolera más tiempo de trabajo. 13. Debemos planear actividades en las cuales él sea quien intervenga o actúe comopersona principal. 14. Debemos seleccionar las tareas y repartirlas en el tiempo, de forma tal que no leagobie ni le canse. |
La evolución que tienen que seguir los programas educativos ha de ajustarse a la etapa evolutiva: desde el bebé al escolar, y desde el escolar al trabajador que, al mismo tiempo que desempeña su puesto laboral, reserva parte de su tiempo para continuar su tarea educativa. Cada etapa tiene sus propias características. Pero hay aspectos para los que se deberá prestar una particular atención, desde el mismo comienzo de la acción educativa en el programa de intervención temprana, y a todo lo largo del proceso educativo:
• La programación por objetivos • El desarrollo de las capacidades, teniendo en cuenta que se trata de un proceso evolutivo. • El desarrollo de la atención • El desarrollo de la percepción y discriminación • El desarrollo de las habilidades manuales • La comunicación y el lenguaje • El desarrollo de la lectura, escritura y cálculo • La educación para la autonomía • El desarrollo de valores |
Vamos a contribuir de este modo a formar un adulto que ha de ser maduro, responsable y feliz. Es decir:
• Capaz de sentirse bien consigo mismo, • Dispuesto a sentirse bien con los demás y a que los demás se sientan bien con él, • Capaz de enfrentarse a sucesivos retos, y a afrontar las dificultades que sobrevengan. • Presto a resolver y tomar decisiones por sí mismo, solo o con ayuda cuando sea necesario, • Capaz de asumir su propia responsabilidad. |
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